Aunque los inodoros suspendidos no suelen encontrarse en muchas casas, están aumentando su popularidad. Estos inodoros utilizan menos espacio y son más atractivos visualmente que los inodoros de suelo tradicionales. En lugar de apoyarse sobre el suelo como las unidades tradicionales, un inodoro suspendido está unido a la pared por un sistema de apoyo de cuatro tornillos.
Entre las ventajas con las que cuenta un inodoro suspendido, podemos encontrar que al no tener un apoyo en el suelo se consigue mejorar la limpieza, evitando la acumulación de suciedad que ocurre con los inodoros tradicionales. Por otro lado, aportan ligereza visual ya que su cisterna se encuentra oculta en la pared consiguiendo que a su vez, su impacto sonoro sea mínimo. Con todo ello ganamos en comodidad y estética.
Como principales inconvenientes podemos decir que, notaremos una pérdida de espacio puesto que si la cisterna debe ir oculta habrá que disponer de un tabique para ocultarla generando una mayor complejidad de la instalación así como mayor coste, y como consecuencia de todo ello tienen un mantenimiento más complejo.
Como es lógico de igual manera que ocurre con los inodoros tradicionales, con el paso del tiempo y sobre todo del uso de éste, será inevitable que tengamos que sustituir un inodoro suspendido por otro similar o aprovechemos para remodelar nuestro cuarto de baño, instalando uno de similares características para guardar la estética o simplemente conservar la misma línea de diseño.
Por todo lo anteriormente expuesto y teniendo en cuenta que ya tienes instalado en el baño un inodoro de estas características, te explicamos cómo sustituir un inodoro suspendido resultando casi tan fácil como reemplazar uno de suelo.
Sustituir un inodoro suspendido antiguo.
- Cerrar la válvula de suministro del inodoro y bajar la cadena. Quitar el agua sobrante del tanque con una esponja o una bomba. Desconectar la línea de suministro de agua.
- Con una llave, quitar las tuercas y arandelas que mantienen unido el tanque con la taza. Levantar el tanque de la taza. Una vez que el tanque ha sido retirado, quitar las tuercas de los cuatro tornillos de sujeción en la parte de atrás de la taza. Deslizar la taza fuera de los tornillos de sujeción. Quitar el viejo empaque si sigue pegado a la pared.
- Poner el nuevo empaque en la salida de la taza. Se recomienda usar un empaque de esponja o fieltro, más que uno de cera. Deslizar la nueva taza dentro de los tornillos de montaje, asegurándose de que el empaque está bien encajado en la pared para que no haya escapes de aire ni de agua. Poner las arandelas y las tuercas en los tornillos y apretar bien las tuercas con la mano. Terminar de apretar las tuercas con un cuarto de giro de la llave.
- Aplicar un sellador al espacio entre la taza y la pared. Hacer esto antes de colocar el tanque permite el acceso a todo el espacio entre la taza y la pared. Lijar y quitar el exceso de sellador con el dedo y una toalla.
- Colocar la arandela grande con forma de donut que viene con el inodoro en la salida con rosca del tanque. Bajar el tanque hacia la taza, teniendo cuidado de que la arandela encaje bien en la apertura de la taza. Deslizar las arandelas de goma de los tornillos. Insertar los tornillos a través de los agujeros para los tornillos y asegurar el tanque a la taza con las tuercas.
- Unir una línea de suministro flexible a la válvula de cierre con una llave. Unir el otro lado de la línea al tanque del inodoro, apretándola con la mano. Encender la llave de suministro de agua, bajar la cadena y mirar si hay alguna filtración.